10) Síndrome de Estocolmo
El síndrome de Estocolmo es una respuesta psicológica que se ve a veces
en los rehenes. Éstos muestran signos de simpatía, lealtad e incluso
conformidad voluntaria con el secuestrador, a pesar de la situación de
riesgo en la que se encuentran los rehenes. Este síndrome también puede
encontrarse en otros casos, incluyendo aquellos como la violencia de
género, violación y abuso de menores.
El nombre del síndrome se creó tras el robo de un banco en Estocolmo,
Suecia, en el cual los atracadores retuvieron a empleados del banco como
rehenes desde el 23 de Agosto al 28 de Agosto de 1973. En este caso,
las víctimas se encariñaron emocionalmente con sus secuestradores e
incluso los defendieron después de que fueran dejados en libertad tras
sus seis días de cautiverio, rechazando testificar en contra de ellos.
Más tarde, después de que se juzgaran y fueran condenados a prisión, uno
de ellos se casó con una mujer que había sido su rehén.
Un famoso ejemplo del síndrome de Estocolmo es la historia de
Patty Hearst,
una hija de un millonario que fue secuestrada en 1974, y que parece que
desarrolló simpatía por sus secuestradores y más tarde tomó parte en un
robo que estaban planeando.
9) Síndrome de Lima
Justo el síndrome opuesto al síndrome de Estocolmo. En el síndrome de
Lima los secuestradores se vuelven más compasivos con la situación y
necesidades de los rehenes.
El síndrome se definió tras la toma de rehenes en la embajada Japonesa
en Lima, Perú, donde 14 miembros del Movimiento Revolucionario Túpac
Amaru (MRTA) tomó a cientos de rehenes en una fiesta en la residencia
oficial del embajador japonés en Perú. Los rehenes se trataban de
diplomáticos, oficiales del gobierno y militares, y ejecutivos de muchas
nacionalidades que se encontraban en ese momento en la fiesta. El
secuestro comenzó el 17 de Diciembre de 1996 y terminó el 22 de Abril de
1997.
A los pocos días del secuestro, los militantes liberaron a la mayoría de
los rehenes, despreocupándose por su importancia, incluyendo al futuro
presidente de Perú y a la madre del presidente de aquel entonces.
Después de meses de negociaciones sin éxito, todos los rehenes que
quedaban fueron liberados gracias a una redada de comandos peruanos,
aunque un rehén fue asesinado.
8) Síndrome de Diógenes
Diógenes fue un antiguo filósofo griego que se dice que vivía en un
barril de vino (esto entra más en la leyenda) y promovió las ideas del
nihilismo y el animalismo. Cuando Alejandro Magno le preguntó qué es lo
que más quería en el mundo, él contestó: ¡”Que te apartes del sol!”.
El síndrome de Diógenes es una condición caracterizada por una extrema
autonegligencia, tendencia a recluirse y una acumulación compulsiva de
objetos y, a veces, de animales. Se suele encontrar principalmente en
ancianos y se asocia a la depresión senil.
El nombre del síndrome, en realidad, sería erróneo ya que Diógenes tuvo
una vida ascética y no hay datos que indiquen que desatendiera su propia
higiene.
7) Síndrome de París
El síndrome de París es una condición exclusiva de los turistas
japoneses. Este síndrome se caracteriza por una depresión de estos
turistas mientras están en esta famosa ciudad. De los millones de
turistas japoneses que visitan la ciudad cada año, alrededor de una
docena padece este trastorno y tienen que volver a su país natal.
La condición es básicamente una forma severa de “shock cultural”. Los
educados turistas japoneses que llegan a la ciudad son incapaces de
separar la visión idílica de la ciudad, en vídeos como Amelie, de la
realidad de una moderna y bulliciosa metrópolis.
Los turistas japoneses que se topan con la realidad se vuelven incapaces
de discutir y se ven forzados a reprimir su propia ira lo que desemboca
finalmente en una depresión.
La embajada japonesa tiene una línea telefónica disponible las 24 horas
para los turistas que padezcan de este severo shock cultural y pueden
aportar tratamiento hospitalario de emergencia si es necesario.
6) Síndrome de Stendhal
El síndrome de Stendhal es un trastorno psicosomático que provoca
taquicardia (aceleración del ritmo cardiaco), mareos, confusión e
incluso alucinaciones en algunas personas que contemplan arte,
normalmente cuando este arte es particularmente bello o hay una gran
cantidad de obras de arte en un mismo lugar. El término puede ser
también utilizado para describir una reacción similar en otras
circunstancias, como por ejemplo cuando se contempla una inmensa belleza
en la naturaleza.
Se le dió el nombre a este síndrome después de que el famoso autor
francés del siglo XIX Stendhal describiera su experiencia con este
fenómeno durante su visita en 1817 de Florencia, en su libro “Nápoles y
Florencia: Un viaje desde Milán hasta Reggio”.
5) Síndrome de Jerusalem
El síndrome de Jerusalem se caracteriza por un conjunto de reacciones
mentales que giran en torno a la presencia de ideas religiosas
obsesivas, ilusiones u otras experiencias psicóticas que se desencadenan
o son favorecidas por la visita a la ciudad de Jerusalem. No es
endémico de una única religión o lugar, pero ha afectado a judios y
cristianos de muchos ámbitos diferentes.
El trastorno aparece mientras se está en Jerusalem y causa ilusiones
psicóticas que tienden a desaparecer después de unas pocas semanas. De
todas las personas que han sufrido esta psicosis espontánea, todos
tenían una historia de trastornos mentales previos o parecían no estar
“bien” antes de llegar a la ciudad.
4) Síndrome de Capgras
El síndrome de Capgras es un raro trastorno en la cual una persona se
aferra a la delirante creencia de que sus conocidos, más frecuentemente
el cónyuge o un familiar cercano, han sido reemplazados por impostores
de apariencia idéntica.
Es más común en pacientes con esquizofrenia, aunque puede ocurrir en aquellos con demencia o lesión cerebral.
Un informe de un caso mencionaba lo siguiente:
La Sra. D., de 74 años, casada y ama de casa, fue dada de alta
recientemente en un hospital local después de su primera admisión
psiquiátrica y se presentó en nuestra clínica para una segunda opinión.
Mientras se tramitaba su admisión a principios de año, ella había
recibido el diagnóstico de psicosis atípica por su creencia de que su
marido había sido sustituido por otra persona. Rechaza dormir junto al
“impostor”, cerraba la puerta de su habitación por la noche y pidió a su
hijo una pistola. Finalmente, peleó con la policia cuando se intentó
hospitalizarla. A veces, ella pensaba que su marido era su padre que
había muerto hace mucho. Podía reconocer a otros miembros de la familia y
únicamente era incapaz de reconocer a su esposo.
La paranoia inducida por este trastorno se ha vuelto un recurso común en
libros de ciencia ficción y películas, como la la Invasión de los
Ladrones de Cuerpo, Desafío Total y Las Mujeres Perfectas.
3) Síndrome de Fregoli
El síndrome inverso al síndrome de Capgras. El síndrome de Fregoli es un
raro trastorno en la cual la persona cree fimermente que personas
diferentes se tratan en realidad de una única persona que cambia de
apariencia o está disfrazada.
El nombre está basado en el actor italiano Leopoldo Fregoli que fue
famoso por su habilidad para hacer cambios rápidos de apariencia durante
sus actuaciones.
Se documentó por primera vez en 1927 por dos psiquiatras que mostraban
el caso de una mujer de 27 años que estaba totalmente convencida de que
estaba siendo perseguida por dos actores con los que solía ir al teatro.
Pensaba que esa gente “la perseguía de cerca, tomando la forma de gente
que conocía”.
2) Síndrome de Cotard
El síndrome de Cotard es una rara patología psiquiátrica en la que la
persona cree que está muerta, no existe, se está pudriendo o que incluso
ha perdido su sangre y órganos internos. Más raramente, puede incluir
ideas delirantes de inmortalidad.
En un caso se comentaba lo siguiente:
Los síntomas del paciente ocurrieron en el contexto de más sentimientos
generales de irrealidad y de estar muerto. En enero de 1990, después de
ser dado de alta en el hospital de Edimburgo, su madre lo llevó a
Sudáfrica. Estaba convencido de que le habían llevado al infierno (por
el calor) y que había muerto de una septicemia o infección generalizada
(que había sido uno de los riesgos en su recuperación) o quizás de SIDA
(había leído una historia de un periódico llamado The Scotsman sobre
alguien con SIDA que había muerto por septicemia) o de fiebre amarilla.
Pensaba que había “tomado prestado el espíritu de mi madre para
mostrarme el infierno”, y que estaba durmiendo en Escocia.
Jules Cotard, un neurólogo francés, le dió nombre a este trastorno que
fue descrito por primera vez por él y que nombró como “le délire de
négation” (”el delirio de negación”) en una conferencia en París en
1880.
1) Paramnesia Reduplicativa
La paramnesia reduplicativa es una ideación delirante en la que la
persona cree que un lugar o zona ha sido duplicado, existiendo en dos o
más lugares simultáneamente, o que ha sido “recolocado” en otro sitio.
Por ejemplo, una persona podría creer que, de hecho, que no están en el
hospital en el que había sido admitido, sino un hospital idéntico en
apariencia en una zona diferente del país, aunque esto sea obviamente
falso, como comentaba un informe de un caso:
Unos pocos días después de la admisión en el Centro de
Neurocomportamiento, la orientación estaba intacta, podía dar detalles
del accidente, podía recordar los nombres de los médicos y podía
aprender nueva información y retenerla indefinidamente. Sin embargo,
mostraba una anormalidad característica en la orientación del lugar.
Mientras aprendía rápidamente y recordaba que estaba en el Hospital de
Veteranos de Jamaica Plain (también conocido como el Hospital
Administrativo de Veteranos de Boston), insistía que el hospital estaba
localizado en Taunton, Massachusetts, su pueblo natal. Tras un
interrogatorio a conciencia, reconocía que Jamaica Plain era parte de
Boston y admitió que sería extraño que hubiera dos Hospitales de
Veteranos de Jamaica Plain localizados en Taunton. Una vez, mencionó que
el hospital estaba situado en una habitación libre de su casa.
El término “paramnesia reduplicativa” fue usado por primera vez en 1903
por el neurólogo checoslovaco Arnold Pick para describir un trastorno en
un paciente del cual sospechaba que se trataba de la enfermedad de
Alzheimer y que insistía que le habían sacado de la ciudad en la que
estaba la clínica de Pick a otra que parecía idéntica pero que estaba en
un suburbio familiar. Para explicar esta discrepancia, incluso afirmó
que Pick y el personal médico trabajaban en ambos lugares.